A escasos kilómetros de Aínsa, próxima al nacimiento del barranco del Soto, se levanta esta pequeña aldea, en la que nos encontramos con construcciones propias de la arquitectura tradicional prepirenaica. Bellas edificaciones con gruesos muros pétreos que generan sencillas pero elegantes portadas abiertas con numerosos vanos y amplias balconadas.
En altura destacan los volúmenes de la Iglesia parroquial, construcción del siglo XVI compuesta por nave única y cubierta por bóvedas de crucería. En su interior sobresalen unas sugerentes ménsulas esculpidas.
La Pardina fue durante siglos un importante lugar de paso.
Textos: Pirinei